La gestión de infraestructuras y obras es un aspecto clave para los gestores, ya que implica planificar, mantener y optimizar los recursos necesarios para garantizar el buen funcionamiento y mantenimiento de las infraestructuras.
La gestión patrimonial de las infraestructuras engloba todas las actividades relacionadas con la elaboración de un inventario, la planificación de las actividades de control y mantenimiento para garantizar la actualización de los equipos e instalaciones necesarios para la seguridad de los usuarios y el control de los costes de mantenimiento.
Una gestión eficaz de las infraestructuras responde a los distintos retos a los que se enfrentan las autoridades y gestores locales, que resumiremos en tres grandes ámbitos.
En primer lugar, las infraestructuras, según su tipo, están sujetas a normas de seguridad y protección. Los gestores disponen de guías y metodologías para controlar la salud de sus infraestructuras (por ejemplo, el manual IQOA para las estructuras de ingeniería y las inspecciones reglamentarias para los edificios en Francia). En segundo lugar, en términos de gestión de proyectos, la cuestión de la calidad de uso es ineludible: es esencial disponer de un seguimiento regular de los fallos, para garantizar la seguridad de los usuarios y asegurar la viabilidad a largo plazo. Por último, la evaluación y el control de los costes es una de las principales preocupaciones del gestor. Desde un punto de vista financiero, el seguimiento preventivo y la programación plurianual de las obras pueden optimizar los costes de mantenimiento del patrimonio.
En este artículo analizaremos los siguientes tipos de infraestructuras: edificios, carreteras y otras redes, estructuras de ingeniería y estructuras de ingeniería civil relacionadas con el agua.
La gestión de los edificios implica su mantenimiento periódico, su renovación y rehabilitación, así como la aplicación de medidas de eficiencia energética para reducir su impacto ambiental. Se trata principalmente de escuelas, guarderías, hospitales, estaciones, gimnasios, etc.
Las carreteras y las redes son esenciales para garantizar la conectividad y la movilidad en las zonas urbanas y rurales: carreteras, alcantarillado, redes eléctricas, redes de telecomunicaciones, etc. La construcción y gestión de estas redes requiere una planificación cuidadosa, teniendo en cuenta la capacidad de carga, la durabilidad y la adaptabilidad a los cambios tecnológicos. La gestión de las infraestructuras implica el mantenimiento regular y la modernización de la red. Estas operaciones son necesarias para garantizar el buen funcionamiento de la infraestructura y responder a las exigencias cada vez mayores de los usuarios.
Las estructuras de ingeniería incluyen estructuras de paso (puentes, túneles, acueductos), estructuras de protección (muros, zanjas, diques) y estructuras transitorias relacionadas con el transporte (muelles, estructuras portuarias, etc.). A diferencia de otros tipos de infraestructuras, las estructuras de ingeniería superan los obstáculos naturales y garantizan la fluidez del tráfico. Por lo tanto, su mantenimiento regular es un reto importante para que funcionen correctamente.
Las infraestructuras hidráulicas tienen un papel crucial en la gestión de los recursos naturales, el suministro de agua potable, la producción de energía y la protección contra los riesgos naturales. Incluimos en esta categoría todas las estructuras de hormigón que cumplen estas funciones, como presas, diques, torres de agua, embalses, etc. Su gestión requiere conocimientos especializados que tengan en cuenta las condiciones geológicas, la normativa medioambiental y las necesidades de la comunidad.
Para garantizar una gestión eficaz de las infraestructuras en el sector de la construcción, es esencial seguir ciertas buenas prácticas:
Es crucial definir una visión clara y los métodos de supervisión de las estructuras: programación de los ciclos de inspección, puntuación (propia o según una norma).
La gestión de infraestructuras suele implicar la colaboración entre distintos agentes, como empresas constructoras, autoridades públicas, ingenieros y arquitectos. Una coordinación estrecha y una comunicación eficaz entre estas partes son esenciales para garantizar la coherencia de los proyectos y la consecución de los objetivos comunes.
Las nuevas tecnologías, como la modelización en 3D, la realidad virtual, los sistemas de gestión de la información geográfica (SIG) y el modelado de información para la construcción (BIM), pueden facilitar enormemente el diseño, la construcción y la gestión de infraestructuras. El uso de estas aplicaciones puede mejorar la eficiencia, reducir errores, minimizar costes y facilitar el mantenimiento a largo plazo.
Es esencial poner en marcha un programa regular de mantenimiento preventivo para detectar y corregir los problemas antes de que se conviertan en críticos. Así se evitan interrupciones del servicio, se alarga la vida de la infraestructura y se reducen los costes de reparación.
La gestión de infraestructuras es una tarea compleja que abarca varios tipos de infraestructuras, como edificios, infraestructuras de red, estructuras de ingeniería y estructuras hidráulicas. La gestión de infraestructuras implica varias etapas de gestión. También hay que prestar atención a las normas de seguridad y a la sostenibilidad de las infraestructuras.
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